La obesidad es un problema creciente en todo el mundo, y se encuentra asociada a diversos padecimientos crónicos, especialmente a la diabetes tipo 2 que ha alcanzado niveles epidémicos en ciertas regiones. Se sabe que para padres obesos, el peso está inversamente relacionada con el peso la progenie, y que la producción de espermatozoides se ve afectada por esta condición. En un estudio reciente Ng et al. (2010), alimentaron ratas macho con una dieta alta en grasas, por lo que los animales aumentaron significativamente de peso y presentaron síntomas ligados a la diabetes tipo 2 como intolerancia a la glucosa y resistencia a insulina. Los investigadores estudiaron a las crías de dichos machos con hembras saludables, en busca de efectos paternos; como las crías nunca nunca conviven con los padres, se puede eliminar cualquier efecto de aprendizaje.
En general las crías parecen saludables, y se desarrollan de forma similar a la progenie de machos normales; sin embargo, al entrar en la fase adulta, las hembras descendientes de machos obesos empezaron a presentar síntomas asociados a la diabetes, en particular resistencia a insulina y mayor acumulación de glucosa en la sangre, aunque su peso y otros indicadores de obesidad se mantuvieron inalterados. La progenie masculina no fue estudiada.
Los investigadores identificaron 77 genes cuya expresión se encuentra alterada en la progenie de los machos obesos, y más de 600 genes que muestran cambios menores pero estadísticamente significativos. Al analizar el tipo de funciones que desarrollan dichos genes, se concluyó que la actividad y morfología del páncreas se encuentran alteradas en dicha progenie.
Para que un efecto ambiental sea transmitido a la progenie, este debe alterar la las células sexuales (óvulos y espermatozoides) de alguna manera; debido a que los cambios en la secuencia del ADN son aleatorios, es muy poco probable que el efecto observado se deba a un cambio de este tipo; lo más probable es que se trate de un cambio epigenético, es decir, un cambio que no altera la secuencia del ADN pero que puede ser heredado. Con esto en mente, los científicos evaluaron el estado de metilación del gen que mostró la mayor alteración en las hijas de los machos obesos y encontraron que era significativamente menor que en ratas con padres sanos, confirmando que se trata de un fenómeno epigenético.
Aunque es necesario determinar si el efecto también ocurre en los machos y si se puede transmitir a generaciones posteriores, se trata de la primera demostración de que un efecto ambiental, la dieta alta en grasas, puede tener un efecto en la descendencia por la vía paterna, y aunque el mecanismo es una incógnita por el momento, tiene implicaciones inmediatas en la salud pública, especialmente en las regiones donde los índices de obesidad están en aumento, y obliga a incluir el efecto paterno en los modelos epidemiológicos del desarrollo y diseminación de la diabetes.
Referencias:
- Ng et al. “Chronic high-fat diet in fathers programs β-cell dysfunction in female rat offspring” (2010). Nature Vol. 467, pp. 963–966.
- Skinner. “Metabolic disorders: father’s nutritional legacy” (2010). Nature Vol. 467, pp. 922–923.
1 comentario:
Qué interesante. Me gusta mucho tu Blog!
Un saludo.
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