El trabajo usó datos anónimos de miles de usuarios de celulares en Estados Unidos. Cada vez que una persona usa su celular, se registra la torre de retransmisión más cercana, y con estos datos se puede fijar (con cierto grado de incertidumbre) su posición. Por otro lado, la información sobre la posición de las personas no es continua, sino que sólo se obtiene cuando el usuario usa su teléfono, y los patrones típicos de uso de celular muestran que las personas lo usan muchas veces en periodos cortos de tiempo y pasan largos períodos sin usarlo. En los datos recopilados para esta investigación, el 70% de las horas no existe información sobre la ubicación de una persona.
Es increíble que incluso con información tan incompleta, los autores demostraron que la incertidumbre acerca de la ubicación de una persona es menor a dos bits (la unidad básica de entropía), lo que significa que, en promedio, se puede fijar la posición de una persona en un sólo lugar.
¿Y qué tan buenas son las predicciones? Muy buenas sin duda alguna, con la información del uso de celulares se puede ubicar correctamente a una persona el 93% de las veces en promedio, e incluso las personas más impredecibles pueden ser ubicadas correctamente el 80% de las veces.
Otro resultado interesante, es que la capacidad de ubicar una persona está fuertemente correlacionada con el área que cubre normalmente: aquéllos que se mueven en un radio de 1-10km son muy fácilmente localizables, mientras que aquéllos que suelen cubrir distancias de cientos de kilómetros son más difíciles de ubicar. Para finalizar los autores evaluaron las diferencias entre grupos (lenguaje, género, nivel socio-económico, edad, etc.) y no encontraron diferencias significativas.
Los autores sugieren que los resultados pueden tener aplicaciones en epidemiología, planeación urbana y gestión de tráfico, y resaltan que lo más sorprendente no es el alto valor promedio de predictibilidad, sino la falta de variación en este valor a lo largo de la población, indicando que un elevado nivel de rutina en nuestros desplazamientos.
Referencias
- Song et al. "Limits of predictability in human mobility" (2010). Science Vol. 327. no. 5968, pp. 1018 - 1021.
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